Hice todo lo que pude. Ya no podía vivir así y decidí finalmente decir: "¡Basta ya!". Me cansé simplemente de intentar caerle bien a todos. Me he cansado de vivir procurando agradar a los demás por temor a no ser aceptado quizá. No lo sé, pero con todo el sentir de mi corazón decidí hacer un alto y dejar de vivir de ese modo.
Probablemente no entiendas lo que quiero decir, pero por varios meses intenté simpatizar a los demás. Y creo que cometí muchos errores en ese afán, pues cuanto más "cedía" más perdía el respeto. Vi claramente que cuando por ser aceptado renunciaba a mis metas y sueños simplemente cosechaba las miradas de superioridad hacia mí con palabras en silencio: "Eres débil y tengo poder sobre ti". Es algo complicado sin duda pero es así.
Es que eso es lo que pasa cuando por querer agradar a los demás te "humillas" prácticamente, y eso a la verdad, cansa, lastima, decepciona y finalmente te sientes sin autoridad, sin respeto... como hace algunos días me sentía.
Me sentí así, hasta que llegué a una conclusión, no puedo agradar a todos. Hay gente que simplemente no compatibilizará contigo, y eso no quiere decir que seas un "desgraciado" sino que llanamente no podemos ser "santo de devoción" de todo el mundo. Así de simple. Pienso en estos momentos en el Señor Jesús, sí el Salvador del mundo... el que jamás le hizo nada a nadie pero aún así, no fue aceptado ni querido por todos. Aún sus mejores amigos le abandonaron en el momento más crucial de su vida. Entonces, si Jesús no fue "santo de devoción" de todos, ¿yo? mucho menos por supuesto.
Ahora, con esto no insinúo en absoluto el "que no te importe lo que los demás piensen de ti", para nada. Creo que debemos vivir bien, sin hacer ofender a los demás ni nada por el estilo, pero no con el afán de agradar a los demás... sino con el afán de vivir como Cristo quiere que vivamos "no haciendo a los demás lo que no quieres que te hagan" (Luc. 6:31).
Finalmente, considero fielmente que si deseo agradar a los demás es utópico, no obstante puede ser más sencillo sino posible si busco agradar en primer lugar a Dios y como ya lo dijo Jesús "y todo lo demás será añadido" (Mt. 6:33). En otras palabras, si agrado a Dios como consecuencia natural agradaré a los demás (aunque no a todos por supuesto). Mi motivación debe ser entonces buscar una relación vertical óptima para que por producto fluido mi relación horizontal sea exitosa.
Gracias Dios por esta reflexión del alma. Gracias por enseñarme a buscarte a Ti en primer lugar.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
VÍA: REFLEXIONES DEL ALMA
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