La ordenación de la mujer al ministerio: Reflexiones ante una corriente cada vez más fuerte
Uno de los temas más "quisquillosos" en el seno de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y que ha polarizado a la iglesia en al menos quince últimos años es sin duda, el rol de la mujer en el ministerio. Más específicamente el asunto de la ordenación. Por supuesto, el debate no ha sido pobre, muy por el contrario la discusión (como suele suceder con temas polémicos) ha sido abundante y riquísima.
Acontinuación algunos argumentos que usan los que están a favor y en contra de la ordenación de la mujer:
Argumentos a FAVOR de la ordenación de la mujer
Estos argumentos han sido tomados principalmente del libro pro ordenación de Nancy W. de Vyhmeister en su libro Mujer y Ministerio:
1. Después de la caída del hombre, el culto quedó a cargo de patriarcas, que eran los líderes de las familias. En el éxodo, Dios declaró que su pueblo debía ser un "reino de sacerdotes" (Ex. 19:5-6). También designó a los líderes religiosos para la iglesia de la nación: sacerdotes masculinos, físicamente perfectos, descendientes de Aarón. En el NT, el sacerdocio levítico desaparece y presenta a Jesús como el Sumo Sacerdote celestial, y todos los cristianos forman parte del real sacerdocio de creyentes dicho por Pedro. El ministerio ya no está en manos de unos pocos. Los dones del Espíritu Santo permites a quiénes los reciben- sin importar raza, sexo o edad- ministrar a la iglesia y llevar las buenas nuevas de salvación a todo el mundo.
2. Aún en el AT, las mujeres ocuparon posiciones de liderazgo. Sara, Débora, Ana, Hulda, entre otras, no podrían clasificarse como mujeres sumisas. Jesús tenía discípulas mujeres; la primera en proclamar la resurrección era una mujer. Pablo menciona mujeres como sus colaboradoras.
3. Por causa de la cruz, los hombres y mujeres participan por igual de una nueva creación (2 Cor. 5:17). Las viejas distinciones-negro y blanco, ricos y pobres, judíos y gentiles, hombres y mujeres ya no valen (Gal. 3:28).
4. En la iglesia, hombres y mujeres son llamados a ejercer juntos y en forma complementaria sus dones. Aunque hay diferencias innatas entre ambos sexos, la mujer llamada y capacitada por Dios para realizar tareas pastorales, cuya labor edifica el cuerpo debe ser reconocida como ministro. No hay impedimento bíblico.
1. No existen precedentes bíblicos de ordenación de una mujer como pastor, anciano o sacerdote. Éste es un hecho incuestionable, objetivo e ineludible.
2. Prácticamente todas las culturas paganas tenían sacerdotisas mujeres en sus cultos. En efecto, en el tiempo del establecimiento de la nación judía, era la costumbre en el medio oriente, ordenar sacerdotes y sacerdotisas. En el mundo antiguo la cultura dominante favoreció la institución de un sacerdocio femenino. ¿Por qué no se le dio lo mismo en el pueblo de Israel siendo que la cultura circundante lo practicaba?. En la cultura egipcia por ejemplo, tener diosas y sacerdotisas era parte del concepto del balance de las fuerzas cósmica en el universo que pone los cimientos de la teología del paganismo.
3. No solo es un hecho que Jesús nació varón, sino que también cuando eligió a sus más cercanos colaboradores, sus discípulos , solo llamó a varones.
4. Al señalar las cualidades y características de un anciano/pastor las escrituras nunca mencionan a las mujeres, más bien en forma implícita la excluyen (1 Tim.3:2 y Tit. 1:6).
5. Cuando se buscó reemplazar a Judas (Hch. 1:15-26), aun cuando estaban mujeres presentes y, con toda seguridad, satisfacían la mayoría de los requisitos exigidos, fue elegido un hombre y no una mujer. A demás, no se tiene registro de que fuera ordenada como anciana o pastor alguna mujer en la iglesia del Nuevo Testamento. ¿Por qué sucedió de este modo?
6. A modo de conclusión: (1) la ordenación de la mujer al ministerio constituye una violación al principio de "sola Escritura". Principio heredado de los reformadores del siglo XVI, que consiste en que todas las enseñanzas deben estar basadas en la Biblia, (2) la actitud de Jesús- la revelación más pura de la verdad- así como la de los apóstoles, en especial Pablo y Pedro (1 Tim. 2:11-14; 1 Cor. 14:34,35; Ef. 5:22-33; Col. 3:18,19; 1 Ped. 3:1-7) demuestran, fuera de duda, que las mujeres no pueden ser ordenadas al ministerio.
Reflexiones sobre un tema no simple
Como es evidente existen dos frentes o polos (si cabe el término) que podría, sino se trata como debe, provocar un "sisma" que no sería saludable: Los que están a favor, generalmente conocidos como los adventistas del "ala liberal" y los que están en contra, los adventistas del "ala conservador" tienen argumentos interesantes, unos más que otros a decir verdad. No obstante, se observa a leguas que los que están a favor generalmente se ven movidos por las corrientes postmodernas y presión sociopolíticas, aunque argumentan con la Biblia de que Dios no hace discriminación y que ante Dios todos somos iguales, asuntos que son bien conocidos por cualquier lector de la Biblia, por supuesto con mucha razón.
A estas alturas, el lector se habrá dado cuenta que para qué lado "jalo el molino", pues bien, no estoy a favor de la ordenación de la mujer. Pero antes de que me cataloguen como un "machista" o "dogmático" considero que la ordenación de la mujer al ministerio escapa al tema de la discriminación aunque los que están a favor digan lo contrario. En mis años de adventista y de pastor he visto con nitidez el gran potencial de liderazgo de mujeres en el seno de la iglesia en todos los "niveles", desde las iglesias locales hasta la asociación general, de otro modo no habrían directoras de congregaciones o grupos, departamentales a nivel campo, unión y hasta la asociación.
La IASD le da liderazgo y lo reconoce como tal, es por ello que existe inclusive los Ministerio de la Mujer. Como mencioné antes, el asunto va más allá de la discriminación, mejor dicho, no tiene nada que ver con eso, no hay discriminación de sexo en cuanto a liderazgo en la iglesia, al menos no lo he visto.
El detalle es que los que están a favor de la ordenación de la mujer quieren ver plasmado esa aceptación y no discriminación del sexo femenino, en la ordenación. Un momento entonces, ¿Cuál es el problema? ¿El liderazgo o la ordenación? Si en la IASD no se les niega el liderazgo, entonces ¿por qué quieren o buscan la ordenación?
En un extremo se podría conceder a las mujeres licencias ministeriales, osea, que ejerzan el pastorado pero con limitaciones (matrimonios, bautismos, etc.), pero de allí a ordenarlas al santo ministerio con las facultades que bíblicamente solo están dadas para los ministros del sexo masculino es otro asunto.
Es bien sabido que nuestros hermanos de Estados Unidos de Norteamérica han votado el pasado 29 de julio del 2012 queaprobaban la ordenación de la mujer al ministerio, así como el pasado mes de abril, la Unión alemana del Norte votó “que las mujeres sean ordenadas para el ministerio pastoral bajo las mismas condiciones que los hombres”. Estos hechos son muestra sin duda de que no hay intensión al menos de respetar los acuerdos de los últimos Congresos Mundiales de la IASD puesto a que a pesar de que los líderes adventistas recomendaron e hicieron un llamado a la unidad respecto a este asunto en cuestión el pasado 29 de junio del 2012 a todos los presidentes de las uniones y divisiones, los hermanos de los Estados Unidos de Norteamérica simplemente no hicieron caso según refiere un informe de Spectrum.
Finalizo diciendo que, aunque legalmente (hablando en términos administrativos eclesiásticos de la IASD) las Asociaciones Uniones son autónomas en tomar decisiones y que sus acuerdos no pueden ser "tachados" por la Asociación General que es el ente superior, este tipo de procederes y acciones simplemente son una afrenta directa a la organización mundial de la IASD, ya que cuando la iglesia ordena a alguien al ministerio lo hace no para una división o para una asociación sino para todo el mundo pues somos una iglesia unida y mundial.
Alguno puede tildarme de extremista y hasta poco inteligente por mis opiniones, quizá, pero quisiera dejar en claro que si la IASD en la actualidad es una iglesia que avanza y goza de grande bendiciones es simple y llanamente porque se ha hecho caso o se ha seguido la dirección de Dios a través de los Congresos Mundiales de la IASD que se celebran cada cinco años. Y si esto no es considerado por nuestros hermanos que a toda costa quieren imponer sus opiniones y creencias simplemente estamos cayendo en terreno peligroso, y esto es lo que quiere Satanás.
Oremos para que Dios dirija su iglesia.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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