En muchas iglesias el tema de la multiplicación de células genera una discusión acalorada.
Los que están a
favor de la multiplicación de grupos pequeños (células) argumentan que
las células son los “ladrillos de construcción” esenciales de una
saludable vida eclesiástica. Ellas son el lugar ideal para que la gente
desarrolle relaciones de confianza profunda y descubran sus dones
espirituales y los utilicen, se preocupen y cuiden unos por otros, y
aprendan a aplicar relevantemente los principios bíblicos en la vida
diaria. La iglesia como un todo solo crecerá saludable sostenidamente si
las células están creciendo, integrando personas nuevas y luego se
multiplican.
Quienes están
contra la multiplicación de células dicen que ése es precisamente el
problema. Ellos dicen que el liderazgo de la iglesia anima a la gente a
ser “integrales” en las células y luego los presiona para que se
multipliquen, lo cual tiene el efecto contrario. Ellos ven la
multiplicación de los grupos como una buena manera de dañar las
relaciones: “división es muerte”, dicen.
Todos los líderes
que procuran tener grupos integrales enfrentan una paradoja: animar a
la gente a crecer unidos en su caminar espiritual reunidos en las
células, pero luego les dicen que deben aceptar a los nuevos (lo cual
cambia constantemente la dinámica de las relaciones) y multiplicar el
grupo, dividiéndolo cuando crece.
Entonces, ¿cuál es el criterio más saludable?
¿Es mejor para
los líderes de la iglesia (pastores) enfatizar la multiplicación o
permitir que los grupos desarrollen relaciones estrechas sin que se les
“anime” a multiplicarse?
Después de
efectuar 60,000 perfiles alrededor del planeta, la evidencia es
indisputable: las iglesias más saludables, particularmente aquellas que
están creciendo, enfatizan la necesidad de multiplicar los grupos
pequeños. Por el contrario, las iglesias que son de baja calidad y están
declinando, colocan poco énfasis en la multiplicación.
Arriba: Los resultados de la investigación original en 1994-1996.
Debajo: Los resultados de nuestra actual base de datos.
¿Qué podemos aprender de esto?
No es que se deba
impulsar la multiplicación en desmedro de animar a los grupos a ser más
“integrales”. Ambas cosas son importantes. Es fundamentalmente
importante reconocer, entender y debatir la paradoja de tener células
integrales donde la gente “crezca en intimidad y que luego se separen”.
Para el propósito de desarrollar una iglesia saludable, no es un asunto de “uno o lo otro” sino de “ambos a la vez”:
- La gente debe procurar todo lo que sea “integral” en sus grupos,
- pero también debe apreciar que la multiplicación es necesaria para el crecimiento de la iglesia y el Reino.
Al tener ambos bandos frente a frente esto puede ayudar:
1. No es útil si los líderes procuran la multiplicación por sobre todo.
Es necesario que
den prioridad a ser sensibles con las relaciones estrechas en las
células y procuren trabajar conjuntamente con los líderes de célula para
idear la mejor manera de preservar dichas relaciones a lo largo del
proceso de multiplicación.
2. Los que están en contra de la multiplicación necesitan entender que los grupos que no están creciendo y multiplicándose tienden a ensimismarse y concentrarse en ellos mismos.
Siempre es
beneficioso tener “sangre nueva” en los grupos. Las personas nuevas
traen algo nuevo y son un recordatorio a los grupos de que son parte de
una comunidad mayor: la iglesia y el mundo.
3.
La capacitación de líderes de células/grupos pequeños debe prestar
atención especial a los incidentes que hay en torno a la multiplicación, de
manera tal que todos los nuevos líderes celulares comiencen su rol
sabiendo que la multiplicación siempre está en la agenda como parte
“natural” de la vida del grupo celular. Como es algo que contribuye
significativamente a la salud de la iglesia, es algo que debe ser
aceptado sin temor.
Por Christoph Schalk e Ian Campbell
VÍA: GRUPOS PEQUEÑOS
Jesús enseñó que su método de proclamar el evangelio era SANAR Y PREDICAR y la estrategia de crecimiento la constituian los grupos pequeños y de dos en dos hacer la obra medico.misionera.
ResponderEliminarEn la Iglesia Adventista se está procurando hacer esto. Sin embargo si no se ponen todos de acuerdo en una congregación:
1. La Escuela Sabática destruye los grupos pequeños porque no los congrega o une en clases que mantengan su unidad sino que el sábado los diluye y distribuye en varias clases y acciones, provocando su destrucción.
2. Al igual que las iglesias locales aunque se procura hacer la obra medico.misionera como Jesús, es casi imposible hacerla, porque no hay presupuesto propio, el 98% del dinero recolectado va para la administración y "NO QUEDAN RECURSOS".
3. El SISTEMA actual en la IASD no permite ni motiva a los GPs su dinámica social y misionera por inhibición, falta de presupuesto y coordinación.