Siempre
soñé con ser padre de un niño. No sé porqué a decir verdad. En mis más
remotos y lejanos pensamientos estaba la idea de ser padre de una niña.
Sin embargo, ese sueño se vio truncado por el nacimiento de Génesis, mi
primera hija. Confieso que no fue fácil todo ello. Me enteré de que
sería niña a los 6 meses de gestación, pero solo me convencí hasta el
día en que nació. Fue especial su nacimiento. No sé si en todos los
hombres, pero en mí era especial.
Al momento de
nacer, sentí una emoción muy grande. La vi pequeña, delicada y muy
tierna. Allí en el pasillo del hospital sentado pensaba en el porqué
Dios me dio una niña si yo quería un niño. Le pedí perdón a Dios por que
a pesar de haber aceptado con mucho amor su voluntad, en mí habían
dudas... Pasaron los días, y no podía creer lo que pasaba en mí. Cada
día que pasaba literalmente amaba más y más a mi hija. La primera vez en
que me sonrío... fue tan maravilloso...! Realmente amo a mi hija como
jamás me imaginé amarla.
Alguno puede
pensar en lo cruel que me expreso. Pueden juzgar en mi modo de ver las
cosas. Alguien me dijo alguna vez que eran los resultados del machismo.
Creo que sí, es que es lo que sentía... yo quería un niño desde siempre,
pero acepté con amor la voluntad de Dios aunque no entendía con certeza
el porqué. Dije es probable que yo quería un niño porque mis raíces
machistas (del cual no me siento orgulloso por supuesto), pero creo que
como ya lo dije en alguna publicación anterior creo que Dios me dio una
niña para aprender. Así de simple. Para aprender la paciencia y a ser
más cariñoso.
Como
yo sabía de mi carácter estricto y fuerte, pensé que una niña sería muy
frágil para soportar mi forma de educar. Hoy mi hija, es lo máximo. He
aprendido, estoy aprendiendo cada día con ella. Oro todos los días para
que me enseñe a ser un padre como Dios quiere que sea. Amo a Génesis, mi
hija. Ella me enseñó a entender el amor de Dios, el amor del mi padre
celestial.
Hoy escribo maravillado del cómo Dios ha obrado en mi vida. El pasado 14 de mayo nació mi segundo hijo: Ariel (del hebreo León de Dios).
Es varón...! Como debes imaginarte, estoy feliz. Dios puso a Génesis
para enseñarme el amor y la ternura. Dios me dio Génesis porque siempre
nos da más de lo que pedimos y entendemos como bien dice Pablo a los
Efesios 3:20 "mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos".
Hace algunos día,
alguien me dijo: Ud. debe estar feliz ahora que es padre de un varón.
Le dije que sí, pero más que eso, por ser un padre que recibió más de lo
que pidió. Pidió un niño como primogénito, pero Dios me dio una niña.
La razón: Dios siempre da lo que es mejor para nosotros a fin de hacer
de nosotros mejores cada día.
Gracias Dios por ese maravilloso regalo de ser padre, ser padre de Génesis (principio) y Ariel (León de Dios)...!!!
Heyssen J. Cordero Maraví
Vía: REFLEXIONES DEL ALMA
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